Autódromo Internacional de Mugello

De circuito callejero a santuario de la velocidad

El Mugello, a pesar de su trazado desafiante y con aroma a clásico, es un circuito relativamente moderno. De hecho, es el segundo que lleva este nombre. Su predecesor, activo entre 1914 y 1970, era una carrera en carreteras públicas que serpenteaba a lo largo de 60 kilómetros por la campiña toscana. Figuras legendarias como Giuseppe Campari, Enzo Ferrari y el ídolo local Emilio Materassi se batieron en el antiguo Circuito del Mugello, que ascendía desde Scarperia hasta Firenzuola, atravesaba el paso de la Futa y descendía hasta San Piero y Scarperia.

La llegada de la Mille Miglia eclipsó la importancia del Mugello. Sin embargo, a mediados de la década de 1960, con el final de la carrera por toda Italia, las competiciones en las carreteras del Mugello recuperaron su protagonismo. El Gran Premio del Mugello revivió en 1955 y, entre 1964 y 1969, se disputó como una carrera similar a la Targa Florio, con ocho vueltas de 66,2 kilómetros cada una. Curiosamente, las carreteras se cerraban para las carreras y las clasificaciones, pero durante las prácticas, ¡permanecían abiertas al público!

La imprudencia de este enfoque quedó expuesta en 1970. Un bebé de siete meses falleció cuando el piloto local Spartaco Dini perdió el control de su Alfa Romeo GTA e impactó contra un grupo de personas en el pueblo de Firenzuola durante una prueba privada. Otras cuatro personas, incluidos dos niños pequeños, resultaron gravemente heridas. Ese año marcó el final de la era de los circuitos callejeros en el Mugello. Las autoridades ya habían comenzado a buscar un sitio para un trazado permanente y cerrado, y la tragedia solo aceleró esos planes.

Inauguración del circuito permanente

Barberino di Mugello se identificó como el lugar más adecuado, ubicado en un valle que permitía aprovechar desniveles y curvas naturales. Se barajaron varios diseños antes de aprobar la versión final y comenzar la construcción en 1973.
El nuevo Mugello se inauguró en junio de 1974 con una ronda de la serie F5000 y se ganó inmediatamente el favor de los pilotos. Una larga recta principal desembocaba en una curva ascendente a la derecha, para luego subir y bajar por las laderas detrás de los boxes a través de una serie de curvas rápidas. El Campeonato Mundial de Deportivos visitó el circuito en varias ocasiones durante la década de 1970, mientras que la serie original de Fórmula 2 lo incluyó en su calendario desde el principio. El circuito también fue adoptado rápidamente por el Campeonato Mundial de Motociclismo.

A mediados de la década de 1980, sin embargo, el Mugello atravesaba dificultades financieras y su futuro era incierto. Incluso, surgieron rumores persistentes sobre la posibilidad de inundar el valle para crear un embalse que abasteciera a la cercana Florencia. No obstante, en 1988, Ferrari compró el circuito con la intención de utilizarlo como una instalación de pruebas adicional para sus monoplazas de Fórmula 1.

Renovación de Ferrari y el regreso de las motos

Se llevaron a cabo importantes renovaciones a tiempo para la temporada de 1991, incluida la construcción de nuevos boxes y paddocks, la eliminación de las barreras Armco en favor de muros de hormigón y la ampliación de muchas zonas de escape y grava. El circuito corto, poco utilizado, se eliminó, convirtiéndose en un atajo alternativo hacia los boxes. Mugello nunca había lucido mejor y los cambios aseguraron el regreso del Campeonato Mundial de Motociclismo y el debut del Campeonato Mundial de Superbikes. Si bien las Superbikes se mudaron a otros circuitos, las estrellas de MotoGP se mantuvieron, consolidando a Mugello como la sede permanente del Gran Premio de Italia.

En cuanto a las cuatro ruedas, el circuito ha albergado campeonatos de FIA GT, Fórmula 3000 y el efímero Campeonato Internacional de Turismos. En 2012, también acogió una sesión de pruebas oficial de Fórmula 1, además de establecerse como un popular escenario para las carreras nacionales.

La única y extraña aparición de la Fórmula 1

El año 2020 marcó un hito inesperado en la historia del Mugello: la llegada de la Fórmula 1. La pandemia de coronavirus obligó a la cancelación del Gran Premio de Italia de MotoGP, pero como consuelo, el Mugello fue elegido como anfitrión de una carrera de Fórmula 1.
El Pirelli Gran Premio Della Toscana Ferrari 1000, celebrado el 13 de septiembre, coincidió con el 1000º Gran Premio de Fórmula 1 de Ferrari. Sin embargo, la carrera no fue un gran espectáculo para los propietarios del circuito.

A pesar de los temores de que la alta velocidad del trazado pudiera dificultar las batallas cerradas, todos los eventos del fin de semana ofrecieron emocionantes duelos rueda a rueda. La carrera de Fórmula 1 estuvo marcada por dos banderas rojas, una tras un choque múltiple en la reanudación y otra por un accidente del Racing Point de Lance Stroll. Lewis Hamilton logró su victoria número 90 en un fin de semana dominado por Mercedes-Benz. Tras una carrera poco competitiva, los dos Ferrari solo pudieron terminar en octava y duodécima posición.

Para tener una idea de la ferocidad de la velocidad de los monoplazas de Fórmula 1 modernos, Lewis Hamilton estableció un nuevo récord de vuelta de 1m18.833s, lo que equivale a unos 15 segundos más rápido que la mejor vuelta en la carrera de Fórmula 2 y unos enormes 28 segundos más rápido que la vuelta más rápida de MotoGP, establecida en 2021 por Johann Zarco en una Ducati Desmosedici GP21.

Líder mundial en sostenibilidad ambiental

En 2021, Mugello fue aclamado como el circuito de carreras más sostenible del mundo en una revisión realizada por Enovation Consulting y Right Hub. Obtuvo la puntuación más alta entre 96 circuitos analizados, gracias a varias certificaciones ISO, el Sistema de Ecogestión y Auditoría EMAS de la UE y una calificación de 3 estrellas en la Acreditación Ambiental.