Circuito callejero de Bakú, Azerbaiyán

El Circuito callejero de Bakú, también conocido como Bakú City Circuit, es un trazado urbano de 6,003 kilómetros ubicado en la capital de Azerbaiyán a una altura inferior al mar. Inaugurado en 2016, se convirtió en la sede del Gran Premio de Azerbaiyán de Fórmula 1, irrumpiendo en el calendario con un diseño sobrio con curvas de 90º y una rectas inmensa.

Un proyecto ambicioso para dar a conocer Azerbaiyán

La idea de construir un circuito urbano en Bakú comenzó a tomar forma a principios de la década de 2010. El gobierno azerbaiyano, buscando impulsar la imagen del país en el panorama internacional, vio en la Fórmula 1 una plataforma ideal para mostrar al mundo su progreso y cultura.

Tras un acuerdo con Bernie Ecclestone, entonces jefe de la F1, se dio inicio a la construcción del trazado. El diseño, a cargo del reconocido arquitecto Hermann Tilke, combinó calles existentes con nuevas secciones, creando un recorrido desafiante con rectas vertiginosas, curvas cerradas y cambios de rasante.

Un debut memorable

El Gran Premio de Azerbaiyán de 2016 marcó el debut del circuito en la Fórmula 1. La carrera, llena de acción y muchísimos adelantamientos, algunos incluso dobles. Puso de manifiesto que, a pesar de su diseño básico, la larga recta de 2,2 km daba muchas opciones de cambios de posición alcanzando unas velocidades de vértigo. De hecho, la velocidad máxima a rebufo alcanza los 360 km/h, convirtiéndolo en uno de los circuitos urbanos más rápidos del mundo.

El Circuito de Bakú ha sido testigo de momentos inolvidables desde su inauguración. En la GP2 (anterior Fórmula 2) de 2016, que acompañó al Gran Premio de Europa, 12 de los 22 pilotos no lograron terminar la carrera. Además, Valtteri Bottas estableció un nuevo récord de velocidad no oficial en la clasificación para el Gran Premio de Europa de 2016, alcanzando los 378 km/h.

El día que una alcantarilla se tragó el Williams de George Russell

El 26 de abril de 2019, durante los primeros entrenamientos libres del Gran Premio de Azerbaiyán, el piloto británico George Russell protagonizó uno de los accidentes más inusuales de la historia reciente de la Fórmula 1.
Mientras circulaba a gran velocidad por la recta principal del circuito urbano de Bakú, una tapa de alcantarilla se levantó al paso de su Williams FW42, provocando un impacto brutal que destrozó el fondo plano del monoplaza.
Russell se vio obligado a detenerse en la pista, con la parte inferior de su coche completamente destrozada. Las sesión se suspendió con bandera roja e incluso se retrasó una hora la siguiente porque los operarios tenían que revisar todas las tapas de alcantarillas del trazado.
Las imágenes del accidente se viralizaron rápidamente en las redes sociales, generando comentarios jocosos e irónicos sobre la peculiaridad del incidente. Algunos incluso bromearon diciendo que Russell había sido víctima de un «ataque de alcantarilla».

Afortunadamente, el piloto británico salió ileso del accidente, aunque no pudo participar en la segunda sesión de entrenamientos libres. El equipo Williams tuvo que trabajar contrarreloj para reparar el coche y que Russell pudiera competir en la clasificación.

El incidente puso de relieve la importancia de la seguridad en los circuitos urbanos. La FIA y los organizadores del Gran Premio de Azerbaiyán se comprometieron a tomar medidas para evitar que un accidente similar se repitiera en el futuro. Pero la historia se repitió en otro circuito urbano, en el Gran Premio de Las Vegas, esta vez con el piloto Carlos Sainz como damnificado.